Cualquier persona est� capacitada para degustar vinos y emitir un juicio sobre ellos sin necesidad de ser un experto. Sin embargo resulta aconsejable saber cu�les son los aspectos a tener en cuenta en el proceso de la cata.
Para la degustaci�n del vino no necesitamos solamente la lengua: es toda la zona nasofar�ngea la que entra en juego. Si tuvi�ramos que comparar la importancia del gusto con la del olfato, podr�amos afirmar que mediante el gusto apreciamos los sabores primarios del vino y c�mo armonizan entre s�. Las papilas gustativas ubicadas en la lengua permiten reconocer s�lo cuatro sabores: dulce, �cido, amargo y salado.
Por el contrario, a trav�s de la nariz podemos percibir la gran variedad, hasta m�s de mil matices distintos, y la sutileza de los aromas del caldo. S�lo combinando ambos sentidos podremos degustar al m�ximo el vino: cuando lo probamos, aspiramos los aromas que ser�n identificados al soltar el aire por la nariz (degustaci�n por v�a retronasal). Esta experiencia puede ser intensificada si bebemos el vino a sorbos peque�os. En este momento ya podemos decir si el vino es afrutado o floral.
La importancia del olfato y de la percepci�n retronasal de sabores y aromas queda comprobada cuando, por ejemplo, nos resfriamos y los nervios olfativos se bloquean: �ni el m�s picante de los chiles nos llega a asustar!
Empecemos con los ojos:
Tome la copa en la mano y suj�tela s�lo por el tallo, no por el c�liz; as� evitar� calentar el vino y las molestas huellas no le impedir�n poder apreciarlo n�tidamente. Los catadores profesionales toman la copa por el pie, sujet�ndola s�lo con los dedos pulgar e �ndice.
El primer aspecto a tener en cuenta es el brillo: �sta es la primera muestra de calidad. A continuaci�n observe el color, pues as� podr� reconocer incluso la variedad de uva utilizada: el Pinot Noir posee un color rub� bastante claro; el Cabernet Sauvignon presenta un color rojo oscuro; el Merlot es casi violeta; los Chardonnays son generalmente dorados; el Riesling, por su parte, tiene un color amarillo pajizo p�lido. La tonalidad y la profundidad del color tambi�n nos proporcionan informaci�n sobre la edad del vino: los tonos marrones signalizan en el vino tinto su avanzada edad as� como el color ajerezado lo hace en el vino blanco. De esta forma se puede detectar f�cilmente el grado de envejecimiento e incluso se puede reconocer si un vino ha sido macerado en exceso.
Seguimos con la nariz:
El paso siguiente es girar lentamente la copa en torno a su eje para que el vino se oxigene y libere aromas. Introduzca la nariz en la copa e inhale los aromas que se desprenden; la mejor manera de apreciarlos es respirar profunda y lentamente. No permita que otros olores como perfume, nicotina o comida interfieran en esta fase, el resultado ser�a otro.
A continuaci�n, la boca:
Es el momento de probar el vino: tome un sorbo y mu�valo con la lengua por toda la cavidad bucal para que entre en contacto con la mayor cantidad posible de papilas gustativas. Recuerde: en la punta de la lengua reside el sabor dulce, a los laterales los sabores �cidos y de minerales y al fondo de la lengua el sabor amargo. Una manera efectiva de intensificar la percepci�n de los sabores es hacer entrar un poco de aire en la boca aspir�ndolo al beber, si bien es un ejercicio que requiere mucha pr�ctica. Mueva el vino por toda la boca como si lo quisiera masticar. Los olores y los aromas llegan as� hasta las fosas nasales superiores y pueden ser apreciados por todos nuestros sentidos.
El regusto:
El regusto, tambi�n llamado retrogusto o postgusto, es el sabor final que deja el vino. Su importancia en la apreciaci�n de los sabores es decisiva. Con este t�rmino se describe la sensaci�n final que el vino deja en la boca (�no en la garganta!) y la persistencia de los aromas hasta que la saliva queda normalizada. Podemos incluso medir el regusto en segundos: el margen va de 0 a 10 � 20 segundos; cuanto m�s tiempo dure, mayor es la sensaci�n que permanece y mejor el vino. �Salud!
El lenguaje de los vinos es incomprensible para muchas personas y son muy pocas las que tienen pr�ctica de describir con palabras las sensaciones de sabores que experimentan. En este sentido, la rueda de los aromas de los vinos puede ser una gran ayuda. La rueda incluye la terminolog�a que se usa para describir la variedad de los aromas del vino: aromas afrutados como lim�n, melocot�n, albaricoque, mango o manzana; aromas especiados como vainilla, nuez moscada o clavo; pero tambi�n matices ahumados como los del cuero, la madera o la resina.
Con la ayuda de la rueda podr� experimentar verdaderos placeres culinarios, ya que podr� combinar con su ayuda vinos y platos de manera �ptima. Por ejemplo, un Torront�s con aromas a jazm�n, rosas y geranios es el perfecto acompa�ante de platos asi�ticos.
C�mo degustar con la ayuda de la rueda de los aromas:
Existe una rueda de aromas para vinos blancos y otra para tintos. La rueda est� dividida en siete segmentos que describen los olores y un segmento que describe la sensaci�n del sabor. La rueda interna describe los aromas de forma general y la rueda externa los detalla. As�, sirvi�ndose de ella, ser� capaz de clasificar el vino ya desde el primer sorbo como �afrutado� y con olor a bayas, por ejemplo. En la rueda exterior podr� optar por una categor�a m�s concreta: sa�co, grosellas o ambas.
Los aromas del vino nos desvelan tambi�n informaci�n sobre la variedad de uva y la zona de cultivo: un Shiraz desprende aromas a grosellas, mientras que un Malbec a ciruelas o tabaco.